Dádiva
Te presento mi boca húmeda
reserva de silencio
escarcha,
mi espíritu
tazado por nombre
indeleble para ti
hoja por hoja
te profeso
en la tibia arena
oración de victoria
madrugada de insomnio
y me empeño delirante
te regalo
mi cintura envuelta en alcatraces
perfumando el lecho que reposas
para el eco que repite
que guardo tu beso todavía
Ansiedad
La sinfonía de tu voz:
Suavidad de tu peligro
Seduccion transparente…
Retorna el deseo por besarte
alivias la pesadumbre añeja
en mi tu impulso de exhalar tu aliento.
Toma mi espíritu
-que contigo vuele al infinito
y escudriñe pliegues celestiales.
No quiero que nada me aleje
no intento impedirlo
tiemplo.
Mío
Destila amor tu perfume
silueta que dibuja mi horizonte incierto
Te llamo
Desnudo mi torso
en éxtasis percibe tu fragancia
El cristal de mi alcoba
vislumbre aquel caminar presuroso
mío en imágenes en silencio
en festín que disfrutamos
con ritos enardecidos
tu sombra y la mía.
Diminuta en la penumbra te invento
En la fecunda noche
flor de loto luna que se abre…
en el desafiar del insinuante rocío…
Tu voz, a mi oído murmura una balada
impulso por estrellas que seducen
Frágil
diminuta
amo inmersa en el vacío.
Hacia espacio prohibido
Camino alma de hambrienta de caricias
y la sangre se convierte en llamarada
ilusiones en la bruma
deseo del pecado
esperanza de hallarte
Es angustia
este amor todo manantiales de ternura
arrebatos por besar tu ser ajeno
en cómplice refugio
Mi loca impaciencia
suscribe pasos amantes.
Al rugir tormenta por tu nombre (clamo)
Siete letras atormenta la razón
por mi boca destilan contraseña
con quien condena las pupilas
a la esencia cristal por una orquídea
Mi alma en busca de tu alma
aguarda encuentro en un infinito
bronce peso de cielo martillado.
Deletreo tu nombre
al filo de mi almohada
Y el corazón agita la esperanza
de viajar con mis labios por tu cuerpo.
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