jueves, 2 de agosto de 2012

INGRID VALENCIA






Días




Dejaba de pertenecerme

La inabarcable sombra en la ciudad

El permanente exilio de los pájaros azules

La ventana rota de una garganta
a punto de encajarse
en un mar que se ennegrece

El infinito
descansando en el borde
de una pregunta

El sabor de un paréntesis

Dejaban de pertenecerme
las cosas muertas

Los días
Las cosas muertas.
Preanestesia en el piso 11

La mujer de blanco
me observa zurcir el precipicio
de aguja y vena

Los segundos gotean
hacia la sangre

Bajo sábanas
escucho el rumor del tiempo
casi ajeno

La luz levanta un muro
de siluetas húmedas

Hay un anciano
que aferra a su piel
la delgada línea del sol
como una espada
que lacera al cuerpo inerte

Sólo intento
tocar un ojo
antes de

Desaparecer.


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