Infortunio
No
era yo en mí
sino
el miedo a desaparecer
del
interior de la serpiente
cuando
el elefante olvidara
que
alguna vez lo miré
antes
de tragarlo
No
era yo
sino
la sangre
de
angustias ondulantes
Detrás
de mí
no
era
sino
el movimiento decrépito
en
las arterias
No
era en mí
la
oscuridad
No
era yo la serpiente
No
eran mis ojos.
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