Confidencia
Somos
el uno para el otro, ¡mujer!
Nuestros corazones se encuentran
en la misma palabra del libro que leemos,
va nuestra mano trémula,
en busca de una misma rosa.
Nuestros corazones se encuentran
en la misma palabra del libro que leemos,
va nuestra mano trémula,
en busca de una misma rosa.
A
veces no me atrevo a mirarte
pues tus ojos límpidos
no soportarían el resplandor que me ciega.
Y de repente nuestros labios se juntan
y no los separa ni el rayo.
pues tus ojos límpidos
no soportarían el resplandor que me ciega.
Y de repente nuestros labios se juntan
y no los separa ni el rayo.
Y
nuestra propia muerte tiene que esperar
hasta que nuestros cuerpos
den paso a cualquier otro designio.
hasta que nuestros cuerpos
den paso a cualquier otro designio.
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