sábado, 17 de noviembre de 2012

JÉSSICA LORENA PEÑA GONZÁLEZ




  
Renuevo de tiempo



Cada momento es un sinfín de luces cósmicas,
cada silencio, sílaba o palabra es un aletargar la espera,
un soñar el tiempo fuera de nuestro ahora;
a lo mejor una constelación de sonidos
marcados por los oleajes de viento,
sinnúmero de tonos melódicamente agresivos, constantes,
que me crean el deseo celeste de tu palabra.

Cada hora, minuto, o segundo
es el olor a rocío que brota de la piel de la aurora,
perfume que madruga en deseo mutuo,
olor a victoria,
a la alianza de nuestros cuerpos con las cosas;
al gasto compartido por una caricia de paladar,
que se empapa de lengua como huella del sudor emergido
de las ansías.
Eso, es un momento infinito de gozo,
cada uno bañado en brillos que crispan la vista,
cada uno lleno de poros y de oleajes.

Ambos, a través del verdor de una sonrisa
descubrimos el mundo en nuestra carne,
y no hay silencio, ni palabras, ni música,
sólo tu tacto que me atraviesa ahora,
porque todo se ha colmado de emoción,
increíble recompensa de los ojos,
que no pueden esperar por más delirio.

Un segundo,
un capullo de tiempo,
renuevos de amantes,
en los que una nueva vida brota,
y en los que sus nuevos cuerpos se rompen.


2 comentarios:

  1. "un soñar el tiempo fuera de nuestro ahora" me gusta, una teoría del tiempo, un rebate a Agustín de Hipona

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    1. Qué interesante, al parecer siempre la poesía explica mejor lo insondable.

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