jueves, 27 de diciembre de 2012

HAROLD ALVARADO TENORIO





Servicio de placer



De cada noche que vivimos 
recuerdo implacable tus caderas. 

Como nunca, nadie
ofreció iguales placeres. 

Como nunca, nadie
extrajo de mí la vida. 

Dicen que ahora otro,
tan alto como yo,
complace tus caprichos
y los de tus padres. 

Soy sólo un escribano
y debo componer
tres mil caracteres cada día.

Apenas sirvo para dar placer. 

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