Libertad
Tenemos
por
ti
tantos
golpes
acumulados
en
la piel,
que
ya ni de pie
cabemos
en la muerte.
En
mi país,
la
libertad no es sólo
un
delicado viento del alma,
sino
también un coraje de piel.
En
cada milímetro
de
su llanura infinita
está
tu nombre escrito:
libertad.
En
las manos torturadas.
En
los ojos,
abiertos
al asombro
del
luto.
En
la frente,
cuando
ella aletea dignidad.
En
el pecho,
donde
un aguante varón
nos
crece en grande.
En
la espalda y los pies
que
sufren tanto.
En
los testículos,
orgullecidos
de sí.
Ahí
tu nombre,
tu
suave y tierno nombre,
cantando
en esperanza y coraje.
Hemos
sufrido
en
tantas partes
los
golpes del verdugo
y
escrito en tan poca piel
tantas
veces su nombre,
que
ya no podemos morir,
porque
la libertad
no
tiene muerte.
Nos
pueden
seguir
golpeando,
que
conste, si pueden.
Tú
siempre serás la victoriosa,
libertad.
Y
cuando nosotros
disparemos
el
último cartucho,
tú
serás la primera
que
cante en la garganta
de
mis compatriotas,
libertad.
Porque
nada
hay más bello
sobre
la anchura
de
la tierra,
que
un pueblo libre,
gallardo
pie,
sobre
un sistema
que
concluye.
La
libertad,
entonces,
vigila
y sueña
cuando
nosotros
entramos
a la noche
o
Ilegamos al día,
suavemente
enamorados
de
su nombre tan bello:
libertad.
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