Decepción
El
flaite se adentró unos días en un barrio de cuicos. Nunca una perra en una
esquina, nunca una bolsa de basura, nunca un compañero para seguir las ruedas
de los autos. Las pulgas eran intransferibles... “Qué saen de aventuras… qué
saen…”, escribía el grafitero con su orina…
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