jueves, 14 de febrero de 2013

CRISTIAN COTTET






El infiel




Tú eres una de las dos mujeres que
amo; la otra aún la desconozco o se ha
perdido entre húmedos sonidos que se ignoran.
Tú eres una de las voces
que recurro para escuchar palabras
que no suenan.
Tú eres una de las tres mentiras más
grandes que he debido emitir. Eres un
espasmo junto a otro desencuentro que
desvanece. Tú eres una de las dos mujeres
que beso por la noche, la otra semeja
la fragancia, un roce,
el tibio roce que enloquece,
y recrimina anhelo furtivo de tenerme
sin excusas. Tú eres aquella donde macera
el fruto mezquino del trabajo,
el golpe de suerte, el derroche, la eufórica
amenaza de no asirte entre mis labios
cuando descanso perdido en mi destierro.

Tú eres una de las dos mujeres que
amo; sin embargo, estas palabras, estas pequeñas
letras espontáneas, desordenadas y de febril significado,
nacen de un recuerdo
que dejara aquella que aún desconozco. Pero
tú, tú y sólo tú eres una de las dos mujeres
que amo;
la otra espera,
                    aunque aún la desconozco.


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