miércoles, 20 de febrero de 2013

ENRIQUE BANCHS





Una noche de seda…



Una noche de seda, de secreto, 
de silencio, de calma y de dulzura, 
todo velado, leve, vago, quieto 
y evanescente en la arboleda oscura… 

Pálida noche misteriosa y pura, 
nada, en ella, vivía por completo; 
la frase era un suspiro de ternura 
la idea desmayaba sin objeto… 

Te sentí, como en sueños, a mi lado, 
lánguida e impalpable forma clara, 
temiendo que la brisa te llevara.

- ¿Por qué me dejas? –murmuré angustiado- 
por mi mano resbalas, sueva y triste… 
- No soy yo: es una lágrima… -dijiste.


De “Versos del anochecer”

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