miércoles, 20 de febrero de 2013

LUIS CERNUDA


  

Desdicha



Un día comprendió cómo sus brazos eran
solamente de nubes;
imposible con nubes estrechar hasta el fondo
un cuerpo, una fortuna.
La fortuna es redonda y cuenta lentamente
estrellas del estío.
Hacen falta unos brazos seguros como el viento,
y como el mar un beso.
Pero él con sus labios,
con sus labios no sabe sino decir palabras;
Palabras hacia el techo,
palabras hacia el suelo,
y sus brazos son nubes que transforman la vida
en aire navegable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario