Mansión
Mi
casa es como un fruto.
Se
abre a la luz en gajos blancos y finos.
Sus
paredes bruñidas se ofrecen puras a mi gozo.
Y
sus columnas indomables
tienen
la gracia ágil de mi bastón.
La
noche en ella es breve, blanda,
apenas
una oscura venda para los ojos.
Pronto
el sol llama a nuestro sueño, con golpes bruscos.
Sol
seco y fuerte como un vino.
De “Ala del Sur”
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