lunes, 25 de marzo de 2013

ANA GUILLOT





Ella quiebra…



ella quiebra
los caireles del agua
la línea que podría enlazar
corales y mandrágoras
o ahorcarse junto al lecho
junto a la línea blanda buscando
atmósferas propicias
no se sumerge en el limo en la hondura
en su lento y mojado ir y venir
deglute en su liviandad al pez
que liba en su boca
el arcoiris fastuoso de su nombre

la línea en su flotación
ha bebido las perlas
un juego dominical
rasante

puede ser mortal
la indecisión del río que se estanca
el ojo que va viendo sin mirar más allá del cielo y de la nube
del pájaro que migra
y que vuelve
al arte de callar entre sus vuelos

no hay cuerda en el laúd
y la nube desmenuza ese cielo en jirones
desmenuza el azul
como flecos del aire
no hay cuerda en el laúd
y el pájaro desmaya su voluntad de pájaro
en la renuente claridad emigra el ave
(ella se quiebra)
no hay cuerda en el laúd
y el pájaro descombra su voluntad de vuelo
la nube se condensa en su gordura
y distrae al ojo que no afirma
su voluntad de sostenerse
abierto

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