La
tarde
Como
un ritual entre palomas blancas,
sobre
la tarde languidece el frío
y
en mi alma, estremece complacido,
un
capricho de amor... fuerte, imperante.
Mas,
cierro los ojos y recuerdo
la
mentira del pincel, que estructuró
aquella
tarde y las palomas del ritual
perdido,
que se fueron cabalgando
suaves,
sobre la fuga de amor
que
tú inventaste.
Quedó
entonces estéril el concilio
entre
la tarde y el alma solitaria,
quedó
triste la ilusión perdida
y
el capricho del amor, difuso, extraño.
Porque
la verdad oculta y expectante
no
demora en recordarme extraña,
que
fue una tarde precisamente
amable,
la que dejó en mi corazón
tu
olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario