Hiedra
La
tarde se absorbe en tu silencio.
Bandadas
de mariposas,
olas que se atropellan:
¿a qué puedo comparar
esto que aflora al corazón?
olas que se atropellan:
¿a qué puedo comparar
esto que aflora al corazón?
El
verano lo sepulta todo bajo su aura verde.
Y en la frescura de esta hiedra,
en la pureza de ese olor del agua
sobre la tierra,
allí te encuentro.
Mis manos no te tocan,
pero te veo en mi pecho.
Como lumbre resplandeces.
Como hiedra te extiendes,
te enredas
en cepas invisibles,
te alzas como un zarcillo por los aires.
Tu savia asciende,
lo cubre todo,
circula por mis venas,
va por vasos pequeñísimos
de raíces a tallos,
de hojas que se desdoblan
a corolas
resplandecientes.
Y en la frescura de esta hiedra,
en la pureza de ese olor del agua
sobre la tierra,
allí te encuentro.
Mis manos no te tocan,
pero te veo en mi pecho.
Como lumbre resplandeces.
Como hiedra te extiendes,
te enredas
en cepas invisibles,
te alzas como un zarcillo por los aires.
Tu savia asciende,
lo cubre todo,
circula por mis venas,
va por vasos pequeñísimos
de raíces a tallos,
de hojas que se desdoblan
a corolas
resplandecientes.
Jardines,
humedad,
familias de caracoles discurren por el cristal
cuando todo se llena
de hiedra verde.
humedad,
familias de caracoles discurren por el cristal
cuando todo se llena
de hiedra verde.
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