martes, 10 de septiembre de 2013

RICARDO PEÑA




Tu soledad y la mía no viven hoy en el mundo...



Tu soledad y la mía no viven hoy en el mundo
de insospechadas flores, de recónditos cielos?
Tu cuerpo sombra de agua,
no alienta un mundo nuevo?
Tu alto pecho helado, tu cuerpo, abierta planta
de animales nocturnos,
cual resplandor de humo,
cual corazón del alba y que descubre un pecho
dulcísimo de mi sombra?
Se acentúa el silencio y la angustia declina.

Una estela de cánticos se  eleva y expresa
cómo es de leve y pálida tu alma matutina.


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