La noche de Alejandra Pizarnik
Esta es la noche de Alejandra:
algo menos oscura que el silencio
la noche soy,
debió susurrarme en algún momento
(un momento antes) dice ella.
Alejandra está lejos
y no entiende que yo lea su historia,
menos oscura que el tiempo.
Con miedo y desmesura me creo ella
cada vez
familiar dolorosa.
Yo estoy lejos de aquellos que maldicen,
su tristeza no es mía,
soy yo
enferma de islas
de palabras dichas al azar,
de actos consumándose absurdos
¿dónde está la noche?
dónde dónde
dónde
todos habitamos, una vez, la casa del vacío.
Estar a oscuras casi siempre gratifica,
ennoblece.
El dolor no es un pájaro agrio retorciéndose,
convoca suavidad, cierta dulzura.
Nos tendemos
a encontrar dolores pájaros vértigos.
Alejandra respira se ahoga gime
Alejandra respira se ahoga gime
Mis ojos ya no ven.
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