lunes, 11 de noviembre de 2013

NELSON SIMÓN





La frontera 



Se ha terminado el año y cruzo, de un día a otro, como quien atraviesa La Frontera. 

Si pudiera dibujaría una raya y diría:
hasta aquí los días de la infelicidad,
el yugo de la patria, los reiterados discursos
del dolor. 

Apartaría lo que fue de lo que será
con descuidado gesto;
no tendría piedad ni raíz que arrancar ni cielo
en lo más profundo del ojo. 

Si pudiera dibujaría una raya con lo que tuviera a mano
y dividiría todo lo divisible. Una raya
en el agua,en el aire o en la tierra
que nos mira silenciosa. Algo de qué partir.
Sobre qué fundar un nuevo territorio:
vida posible con cada mínima ración o cosa inanimada
de lo que lleva comenzar a vivir. 

Pondría un hijo o la palabra hijo en el espacio
donde antes colocaba un amante o un cigarro.
Pondría uno de mis yo salvables a respirar. 

Mientras repito minuciosamente los ritos recomendados para no entrar al año
con el pie equivocado, cruzo esa región imprecisa,
ese punto en el que según dicen
se traza el mapa de mi suerte. 

Con hielo, agua perfumada o fuego común
he limpiado la casa y se supone
que igual suceda con mi vida. 

Al cruzar la línea imaginaria que sólo existe
en mi pensamiento, lo hice aspirando ser otra persona y con el miedo de quien teme ser repatriado,
devuelto a esa patria imperfecta que fue uno mismo. 




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