lunes, 11 de noviembre de 2013

CHARO GUERRA





En el puente



Puente de esta ciudad. Fantasmas que va heredando el puente. Vahos. Inmundos olores de la noche. 

Sube a la orilla movediza por donde corre el tren. Un puente dándole paso a la estructura de pánico, de horror. Es Anna Karénina. Grita que se queda pero nadie le oye. 

(Desde hace un siglo, las mujeres
son alguna vez Anna Karénina.)

Asustada. Expectante.
Se tuercen las pasiones cuando camina
bajo el puente, sobre el puente.
Y parece no importar que quede entre los rieles. 

(Una más, una menos,
el largo trasegar de Ana Karénina.)

Atraviesa columnas, escaleras,
tragaluces, brechas donde se pueda respirar.
Las excrecencias se juntan a la herrumbre
del pasamanos compasivo,
asfixia saturante en su resequedad.

(Es sólo una mujer,
atrapada en el goce
del personaje y su conflicto.)

Y mientras hablas, acreditas con vicio
el simulacro de tu idea.
Idea que parte del poder.
para engullir a quienes esperan algo
bajo el puente, sobre el puente.

Idea, discurso persuasivo
donde aparece la palabra menstruo,
ola de sangre que erosiona la arena de los cuerpos
de quienes afirman ser Anna Karénina.
Anna Karénina cada día
cada año
cada mes
cada siglo.

Mustia, ajena, desapacible,
la columna la invita
y la Idea la aplasta
es el final
y otra vez será la misma historia.



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