Nos
debemos al alba
Traicionar
las palabras,
canjear su peso, su color,
en el sucio mercado de los días
es acto que nos llena de muerte
y ceniza y vago afán.
Ha de ser castigado
con el hierro, la soledad,
el tedio y la miseria.
Nos debemos al alba,
plateros, a la dicha,
y al canto y al remo
y al ensueño trazado en la garganta
y a mañanas sin prisa
en las orillas de un mar que ya no es.
Porque al final todo es olvido
para quien el tráfago su sangre dona,
a la parla chi suona
y a conversaciones con tontos
y mercachifles
y comete delitos en descampado
con las pequeñas,
las terribles y mansas
y arteras palabras.
canjear su peso, su color,
en el sucio mercado de los días
es acto que nos llena de muerte
y ceniza y vago afán.
Ha de ser castigado
con el hierro, la soledad,
el tedio y la miseria.
Nos debemos al alba,
plateros, a la dicha,
y al canto y al remo
y al ensueño trazado en la garganta
y a mañanas sin prisa
en las orillas de un mar que ya no es.
Porque al final todo es olvido
para quien el tráfago su sangre dona,
a la parla chi suona
y a conversaciones con tontos
y mercachifles
y comete delitos en descampado
con las pequeñas,
las terribles y mansas
y arteras palabras.
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