miércoles, 22 de enero de 2014

ELSA WIEZELL




Oficio de amor


Tu llaga cotidiana
de cansancio
engendrada para el alimento
agrupada en las horas
marcando el chorro de la sangre
esa que conduce
a la gravitación silenciosa
del acero amargo
negro fulgurante de azada
húmeda batalla de todos los días
hasta que tu piel acribillada
desfondada en el tiempo
descienda gradualmente
sobre cicatrices...
porque te has hecho nieve
en el territorio de tu jaula.

Hombre mío,
mariposa-rayo te cubra
arroyo en la mitad sorprendida
de tus ojos
sábana blanca para tu hombro
y frescura de ajenjo entre tus dientes.
Lo que te entrego
es fuerza que se expande
pedernal y aurora.
Tu lágrima para mí es luz que ciega,
pureza que turba,
diamante transparente y duplicado.

Yo recojo el estigma.
-Canta.
-Sangro por todos.
-Es el peso de la rosa.
-La lucha abierta
del corazón contra la sombra.
-Despliega.
-Amargo trapecista es el hombre.
-Te abro la piel
del monstruo volcánico
que sacude mis huesos.
- ¡Qué cerca de Dios tu llaga!
.
  

De “la cosecha del viento norte”

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