Una
tarde con Francisco de Asís
Octubre
con su hambre estaba escarbando los
escudos de la tierra
Mi
hermanito Raúl y yo
juntando
soles por el camino
Llegamos a tu casa
estabas vestido de madera
estabas vestido de madera
y
abrías la tierra con tu arado de madera
tendías
la mano
y
en ella se posaban los niños y los pájaros
Era
tu tiempo Francisco
el
de sembrar porotos y dar de comer
a
los hambrientos niños de la comarca
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