lunes, 17 de febrero de 2014

MUNIR HACHEMI GUERRERO




Sin título



El tiempo es un sepulcro derramado sobre un sepulcro.
Un trino que gorgotea desde honduras incompletas.
La conjunción de cuerpos y gargantas en un solo Caos.
La negación de sí mismo.
El poema es el cadáver desplazado de unos niños en el tiempo.

La poesía es una sucesión de fosas
que gotean
un recién nacido aferrado al asa
de un chupete pérfido que no necesita
y ya envuelve la noche
que ha aprendido a no atrapar.
La poesía es la confirmación del loco.

La locura es un batir de acordes transitorios que aletean
golpeando nuestros rostros
y culpándonos por no haber emprendido la travesía
sur le bateau ivre Chopin estaba loco Borges las metáforas Mallarmé la derrota el
fracaso y
el alcohol debe de ser un caldo que conserva la cordura,
pues he visto a hombres en esquinas
y viceversa.
Hombres.

Los hombres sois un poema
capaz de leerse a sí mismo
y yo os envidio
pues mi cráneo ya se ha cascado
de tanto llamar a las puertas del Tártaro
y Lynch Paganini Nietzsche
y sus monstruos se sumergen
en las ruinas del tiempo por venir.
¿Y qué es el tiempo?

El tiempo es la continuidad de los sepulcros.



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