jueves, 20 de febrero de 2014

PILAR ADÓN



Cuidar del padre…


Cuidar del padre. Tapar al padre.
Dejar las botas bajo las mantas,
pegar con celo el papel de la pared.
Cerrar con cuidado las puertas
y esconder el whisky
en el armario vacío del rincón.
Apagar el cigarrillo y repasar las novelas de forajidos.
Sin más carreras. 
Dejarán los caballos de trotar al amanecer.
No habrá más viajes en coche.
No más paseos hacia el puerto.
Los pescadores con la marea
y las sardinas tostadas sobre una reja. 
La piel no será blanca; la tersura no parecerá tal.
El aroma de las margaritas no traerá la primavera.
Los humedales ofrecerán un color gris
y el suave hojaldre devendrá en filo
de roces y fracturas.
El clima variará el color de las hojas, de la arena. 
Amar al padre. Respetar al padre.
Querer ser otra.
No la mujer asustada que mira esquiva
y se envuelve en una bufanda. Ser alguien más.
Tirando del mismo equipaje. 



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