El
poeta y el amor
En
el abanico de Gloria.
El
amor me disminuye.
Es
imperfecto y efímero como el Paraíso Terrenal.
El
poeta es un ciego sin bastón
que
se alivia con el llanto lastimoso
cuando
se asoma en su soledad al abismo del amor.
El
poeta se oculta tras la dignidad,
se
entrena para ignorar el dolor
y
sus poemas lo cambian de piel y de sueños terribles.
El
amor es una locura temporal
que
hace crecer las rosas y le miente a la mentira
pero
le tiene aversión a la dicha.
Entre
la esperanza y el horror
para
el poeta hay cardos marinos y aguaceros radiantes
cuando
el cuerpo deja de ser enemigo del espíritu.
El
poeta enamorado vive de sueños y muere de realidades.
Encuentra
la muerte brutal y melancólica
precipitadamente,
con la rudeza de la muerte natural
y
el modo antiguo de las flores.
Granada, 13 de abril,
2003.
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