miércoles, 28 de mayo de 2014

FRANCISCO DE ASÍS FERNÁNDEZ


  

El poeta y el amor

 

En el abanico de Gloria.

El amor me disminuye.

Es imperfecto y efímero como el Paraíso Terrenal.

El poeta es un ciego sin bastón

que se alivia con el llanto lastimoso

cuando se asoma en su soledad al abismo del amor.

El poeta se oculta tras la dignidad,

se entrena para ignorar el dolor

y sus poemas lo cambian de piel y de sueños terribles.

El amor es una locura temporal

que hace crecer las rosas y le miente a la mentira

pero le tiene aversión a la dicha.

Entre la esperanza y el horror

para el poeta hay cardos marinos y aguaceros radiantes

cuando el cuerpo deja de ser enemigo del espíritu.

El poeta enamorado vive de sueños y muere de realidades.

Encuentra la muerte brutal y melancólica

precipitadamente, con la rudeza de la muerte natural

y el modo antiguo de las flores.

 

 

Granada, 13 de abril, 2003.

 

 

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