domingo, 25 de mayo de 2014

SUAD MARCOS


 
 

Fuego fresco

 

Acaricio palabras pegadas a las horas,
contemplo un silencio hecho flores.

Un conjuro de fuego
desliza hasta la carne.

Las entrañas se despojan.
Tu aroma rebasa ritmos encendidos.
Tu sombra surca mi intensidad,
dibuja una ternura candente,
circular.

El vientre asciende
ciñéndome.

Una solitaria evidencia arrastra
un instante
y otro
y otro que vuelve
repitiendo glorias que cruzan
las penumbras.

 

 

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