sábado, 26 de julio de 2014

RAFAEL CUEVAS ZEQUEIRA


 

La canción de la belleza

  

Cuando Ríes:

En la risa seductora de tus labios carmesíes,
hay arpegios que no sabe modular un ruiseñor;
hay cadencias deliciosas en que bulle la alegría,
y en el pétalo encendido de tu boca de ambrosía,
hay caricias que subyugan y hay perfume embriagador.

Cuando Miras:

En la noche de tus ojos con que anhelos mil inspiras,
hay destellos que los astros no pudieran imitar;
y refulgen tus miradas de radiantes centelleos:
resplandores misteriosos de la hoguera del deseo,
a la luna dando envidia cuando riela sobre el mar.

Cuando Lloras:

En tu rostro peregrino con que a todos enamoras,
hay tristezas desoladas que subliman tu beldad;
y en la célica armonía de tu imagen, se retrata,
cuando aleve alguna pena te castiga o te maltrata,
de una virgen sin amparo la doliente majestad.

¡Oh, mujer de mis delirios! Cuando alegre tú sonríes,
yo me muero por un beso de tus labios carmesíes.
Me deslumbra si me miras, de tus ojos el fulgor;
mas, si lloras, enmudece, con tu llanto mi ansia loca,
y una voz dice en el fondo de mi pecho que te invoca
¡que es sagrada la belleza, con el nimbo del dolor!

 

 

 

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