Situación.
Llanura
sin confín, lagos de plata,
rizados
por los vientos marineros;
horizonte
soldado con luceros;
a la
bruma de ocasos escarlata.
Soledad
marismeña, serenata
de
silencio dormido en los esteros;
una
cuerda de cisnes viajeros,
al
cielo con la tierra, en plumas ata.
Sólo
con mi caballo en la llanura,
-punta
de imán mi voz-, encuentro el cielo
a un
andar con la tierra, la finura
del
lubricán deshila la camisa
de
los ángeles todos, y un revuelo
de
nieve, el orto en alas blancas frisa.
De: La toriada.
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