jueves, 21 de agosto de 2014

RAFAEL ALBERTI

 


Metamorfosis del clavel


 
Al alba, se asombró el gallo.

El eco le devolvía
voz de muchacho.


Se halló signos varoniles,
el gallo.

Se asombró el gallo.

Ojos de amor y pelea,
saltó a un naranjo.
Del naranjo, a un limonar;
de los limones a un patio;
del patio, saltó a una alcoba,
el gallo.

La mujer que allí dormía
le abrazó.

Se asombró el gallo.

 

 

 

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