martes, 11 de agosto de 2015

ELSA WIEZELL


 

Canción de la alegría



Cierto.
La infancia es posible.
Transitamos muy solos
en la intacta alegría
pero tenemos piel de ola
con manos de montañas
y vértigo de corolas y raíces.
Atronamos las voces del sueño
y afirmamos cenizas
en el dulce contorno
de este viaje.
Sabemos
que en el mástil
de la penumbra
será húmeda célula
y desierta lágrima
y que un sigiloso gusano
trepará el hueco de las manos.
Pero es eterno el viento,
humo y oxígeno
que nos llena los huesos.
Cierto.
Habrá un canto
que vestirá la niebla ...

 

 

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