Desierto
La
tierra que jamás quiso tocar el agua
es el
desierto que al norte está creciendo como un estrago de luz.
Pero
los hombres que han visto el despoblado
-su
amplitud sin sobresaltos-
saben
que no es cierto que la tierra esté reseca por capricho,
o sin
ninguna bondad;
es
nada más su manera de mostrar
lo
que transcurre bellamente sin nosotros.
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