Canción
para los días de la vida
Días en que el ocio
y la esterilidad
cubren las cosas,
como un polvo
finísimo.
Eduardo Lizalde
Hay
días
como cualquier día de marzo
de mil novecientos noventa y tantos
para sentarse a tragar saliva
a oír el salmo de las chicharras
con el asombro en la punta de la lengua
como cualquier día de marzo
de mil novecientos noventa y tantos
para sentarse a tragar saliva
a oír el salmo de las chicharras
con el asombro en la punta de la lengua
Días
o dardos
que abren paso a la vigilia
legítimamente proscritos
al yugo de una hoja en blanco
que abren paso a la vigilia
legítimamente proscritos
al yugo de una hoja en blanco
Días
en los que el ejercicio de mi vida
consiste en esperar
como la tierra
la semilla de los otros
en los que el ejercicio de mi vida
consiste en esperar
como la tierra
la semilla de los otros
Días
en los que Dios se pone malo
se echa a dormir sobre su sombra
colecciona tigres camelias
escombros de voces
en las primeras horas del almendro
en los que Dios se pone malo
se echa a dormir sobre su sombra
colecciona tigres camelias
escombros de voces
en las primeras horas del almendro
Días
en los que el azar
expande sus tenazas
por no sé dónde
en qué silaba
bajo qué guiño
en los que el azar
expande sus tenazas
por no sé dónde
en qué silaba
bajo qué guiño
Días
cuyo solo propósito
es una hacer un depósito en sangre
afanados en descontar la deuda
que sin querer contrajimos con la vida
cuyo solo propósito
es una hacer un depósito en sangre
afanados en descontar la deuda
que sin querer contrajimos con la vida
Días
expósitos
abandonados en el quicio
de una puerta ajena
abandonados en el quicio
de una puerta ajena
Días
en que de sol a sombra te desmembras
para ganar un pan
agusanado
en que de sol a sombra te desmembras
para ganar un pan
agusanado
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