Amanecida
de Grace Kelly
Pronto
amanecerá con insolencia,
y esta mano que ensaya en la penumbra
su fatiga e intenta dar
contigo, con algún rincón
sabido de tu cuerpo, tomándote, nombrándote
la piel, esta mano reconciliada
ya con la dulzura pero vulnerable
a la fría emboscada del invierno,
termina por caer desfallecida
sobre las lentas ruinas de su tacto.
Tú apenas has notado nada.
Custodias todavía un tiempo ausente
a la orilla de un sueño muy lejano.
Pero un primer albor te alcanza el rostro,
abriéndote los ojos muy despacio. Te acercas
entonces a besar mi mano muerta.
y esta mano que ensaya en la penumbra
su fatiga e intenta dar
contigo, con algún rincón
sabido de tu cuerpo, tomándote, nombrándote
la piel, esta mano reconciliada
ya con la dulzura pero vulnerable
a la fría emboscada del invierno,
termina por caer desfallecida
sobre las lentas ruinas de su tacto.
Tú apenas has notado nada.
Custodias todavía un tiempo ausente
a la orilla de un sueño muy lejano.
Pero un primer albor te alcanza el rostro,
abriéndote los ojos muy despacio. Te acercas
entonces a besar mi mano muerta.
(Inédito)
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