jueves, 10 de marzo de 2016

ARMANDO ROMERO



  
Quito
                                                                         A Rafael Larrea, in memoriam



Recuerdo que un bárbaro en Asia dijo que ésta era una ciudad con nombre de cuchillo. Algo hiriente y hermoso. Sin embargo, para mí se trata simplemente de una ciudad donde todos enredan las palabras. Las retuercen de tal manera, las envuelven, las estiran, hasta que hacen una masa como de harina blanca. Entonces la empastelan contra las puertas de madera formando extrañas volutas, semicircunferencias, espirales, estrellas, soles en círculos concéntricos, líneas rectas como paralelas de líneas cur­vas, acentos, serpientes, granos de maíz, ángeles. Luego pasan unos hombres acaballados en unos sombreros altos y negros que pintan de oro estos moldes. De otra manera no puedo imaginármela, ni más allá ni menos acá de estas formas aventadas.



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