miércoles, 4 de mayo de 2016

ANA MUELA SOPEÑA



  
Sin rumbo




Deambulando sin rumbo por la ciudad dormida
un gato me sorprende entre los coches.

Edificios sin miedo
se alzan en las calles con llovizna.
Los pájaros aliados de visiones
anidan en los árboles,
mientras va transcurriendo sin obstáculos
la vida cotidiana de los sueños.

La nostalgia de un tiempo más amable
se apodera de todo.
Las volutas de humo en los tejados
permiten vislumbrar escenas nítidas.

El instinto de asfalto entre la niebla
se queda respirando en lejanía.

Belleza en el granito de los parques…

Apátrida la luz en su consuelo,
melancolía suave en el exilio.

La lluvia sideral de los orígenes
convierte al ciudadano de la urbe
en cómplice de bruma en el silencio.

Chimeneas que expulsan
los restos de un naufragio entre las sombras.

Transeúntes sin miedo
al infinito
persiguen soledades extinguidas.

Dejamos en la historia al niño en la orfandad
de la noche atrapada por el pánico.



No hay comentarios:

Publicar un comentario