Poema
Para
mi nombre quiero
sepultureros
grises y tajantes.
Es
más:
no
quiero nombre,
que
me lo lleve el mar lavándolo
en mi
arena.
Que
me lo arrastre el mar,
y que
yo sienta
que
estoy allá la intacta,
la
sin nombre.
Que
estoy allá, con vibración del golpe
de la
ola.
Con
mi sabor de sal,
con
mi sabor de espuma,
temblante
con sabor de verde mar.
A
solas con mi piel y con mis valles,
con
mis ojos adentro, con mis cuencas,
con
mis playas ardientes,
recorrida
en bandadas de murmullos,
desnombrada.
Sólo
está el mar latente,
palpitándome
amor de ola y arrullos...
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