jueves, 5 de mayo de 2016

LIZ BARRIO




Voy a sacudirle al diablo los ojos tristes



Voy a sacudirle al diablo los ojos tristes
y a rociar su voluntad con el verso sin protuberancias.

Hace siglos que está enfermo de tiempo
dicen que un día abrió un libro
que lo leyó con la atención desnuda
                                                       y no volvió jamás en sí mismo.

Le duelen ahora la prisa y las canas
las venas
las conclusiones de diario
                                       y termina siempre cansado
muy cansado.

Imperfecto y tardío
se le clava la nostalgia en las mañanas grises
y un sabor a desgracia parpadea en sus sienes.

Pobre diablo asustado
frío como el prohibido amor que le fue concedido
habrá que dejarlo descansar y no culparlo siempre.
Más imperfecto que nosotros araña su ruido fermentado
sin más opción
que la inmortalidad.




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