Mujer,
resiste
Estás
en medio de una gran batalla,
has
dado el paso decidido,
la
primera mirada combativa, el grito
que
dormía la placidez de los siglos,
la
llamarada en la antorcha de la vida.
Contra las vicisitudes odiosas, resiste, llevas en ti
la
voz ahogada que te impulsa a seguir caminos tortuosos,
llenos
de pesares y dolores.
Pero
tú estás hecha de coraje, junto a ti
corre
un río caudaloso de fuerza que recorre
tu
cuerpo, hecho de fibra extraordinaria
para
resistir los embates de la incertidumbre.
Tú eres luz, fuego, la fuerza motora que impulsa
a tus
hijos a seguir hacia delante,
a no
desfallecer ante situaciones adversas
que
les empujan con una carga a cuestas
difícil
de sobrellevar.
Resiste, tu corazón está hecho de granito
endurecido
por los azotes del destino,
aunque
flaqueen tus piernas a punto de derribarte,
sacas
arrojo más allá del dolor
y
continúas en la batalla.
Te declaras adicta a la lucha,
a
combatir la nebulosa del temor, el miedo ancestral
que
circula en tu sangre.
Resiste, resiste,
eres
mujer, eres más que un ser humano
convertido
en lágrimas.
Llevas
en ti la marca de los tiempos
que
te han heredado el coraje,
como
símbolo de tu karma.
Sostienen
tus brazos el peso de la historia,
derramada
en miles de hijos
que
salen de tu fecundo y amoroso vientre.
Sensible y protectora madre,
lo
das todo sin importar la estatura.
Debes
seguir resistiendo con fuerza de gigante,
pues
la grandeza que posees, no sólo cobija a tus hijos,
también
abarca la ilusión del planeta.
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