jueves, 26 de mayo de 2016

UMBERTO SENEGAL




Insultaremos…



a los querubines, que en primavera
se atrevieron a convertirse
en campanas de coral, repicando
entre úteros de mujeres cíclopes.
“Todos se desviaron, a una
se han corrompido, no hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno”.


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