domingo, 3 de julio de 2016

ROSSANA ARELLANO



  
Nunquam Lumen



A ras de suelo, nos llenábamos los bolsillos de piedras
nada más al alcance de los dedos.
La frase del día era:
Vetare vitam

Nosotros, éramos niños
y sentíamos el golpe del hambre entre los huesos.

Saciar la sed de las edades enjauladas: Una piedra
Contemplar la desnudez famélica de Ruth: Una lágrima
Sospechar la procedencia de algún resto de pan que trajo Rajel : Un horror
La frase del día era:
Spes vitae

Nosotros, éramos niños
y contemplábamos embobados la rosa azul detrás de la alambrada.

Dentro de mí, la voz, de aquel que quiere subirse a los árboles
Dentro de mí, la identidad, de aquel que escribía ruegos desatendidos
Dentro de mí, el recuerdo, de unos ojos indiscretos tras la nuca
Dentro de mí, cada palabra, de los que nunca figuraron en retratos.

Hoy me permito hablar con Dios
algunas veces creo que él sospecha,
que una brisa de mundo va dictándome poemas,
pero yo, no soy poeta, no, jamás lo he sido.





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