sábado, 24 de septiembre de 2016

MARÍA CHOZA



  
Cuatro oraciones al cielo



Adentro, un hombre se persigna
la cara cubierta de vendajes.
Busca a dios, y saluda
con el padrenuestroqueestásenloscielos
a todos los santos en la pared,
sólo uno responde mientras que una mujer
reza a la virgen con chapa de oro
un padrenuestroqueestásenloscielos
más largo y doloroso.
Quiere que ese oro de su forma
le caiga en el rostro,
la bañe y le vuelva sagrada,
al mismo tiempo que afuera
un niño se orina
cuando la pistola de los guerrilleros
le besa la sien
como lo hizo su madre en la mañana
y se le escapa un murmullo
del padrenuestroqueestásenloscielos
que dijeron el hombre y la mujer.
Con esos mismos orines se tapa cada noche
un vagabundo
porque no se sabe
ningún padrenuestroqueestásenloscielos.



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