Cuatro
oraciones al cielo
Adentro,
un hombre se persigna
la
cara cubierta de vendajes.
Busca
a dios, y saluda
con
el padrenuestroqueestásenloscielos
a
todos los santos en la pared,
sólo
uno responde mientras que una mujer
reza
a la virgen con chapa de oro
un
padrenuestroqueestásenloscielos
más
largo y doloroso.
Quiere
que ese oro de su forma
le
caiga en el rostro,
la
bañe y le vuelva sagrada,
al
mismo tiempo que afuera
un
niño se orina
cuando
la pistola de los guerrilleros
le
besa la sien
como
lo hizo su madre en la mañana
y se
le escapa un murmullo
del
padrenuestroqueestásenloscielos
que
dijeron el hombre y la mujer.
Con
esos mismos orines se tapa cada noche
un
vagabundo
porque
no se sabe
ningún
padrenuestroqueestásenloscielos.
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