lunes, 17 de octubre de 2016

MARCELO DÍAZ



  
Toronto



A lo lejos el ojo de los turistas advierte una pareja
como venida del Ártico ¿Interesa que
lleguemos disminuidos como las luces bajas
de un vehículo en la niebla espesa de las rutas?
Somos puntas de flechas con un recorrido programado
pero en un parpadeo la biografía que parece
tallada en granito cae en esta orilla indiferente.
Ayer nomás hicimos un nudo de oro o un amuleto
pero la alteridad por dentro del cielo estrellado
es un accidente de las simetrías. Si fuera físico
escribiría sobre cómo los movimientos de rotación
nos devuelven de un modo imperceptible
al mismo lugar como la arena de los acantilados
depositada en esta región del hemisferio.
Ni siquiera un radar de baja frecuencia podría
encontrarnos juntos tomados de la mano. El sonido
la lengua concreta de los espejismos no circula en el vacío.



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