jueves, 22 de diciembre de 2016

SERGIO CORDERO




Cuarto de asistencia



Vivo estrechamente en el mundo como tú
como ellos
Recorremos pasillos infinitos
nuestros hombros se rozan y a veces se golpean
Despierto  tu cara soñolienta
está muy cerca de la mía
si hubiéramos estado conversando
de cosas muy íntimas
si fuéramos amigos
Ayer nos vimos por primera vez en este cuarto
todavía no sabemos nuestros nombres
ni ese pasado aparentemente tan distinto
en realidad confluye en los recuerdos
recíprocos de infancia
una semejante adolescencia
y una juventud donde amigos mujeres accidentes
dejaron cicatriz
Pasamos el umbral  somos adultos
Tienes razón   no puedo vivir solo
no es posible vivir solo conmigo
¿Qué más pueden hacer las soledades
cuando miran sus islas de desdén
separadas apenas por un hilo de agua?
Mejor hablemos
sí   no es necesario
pero tenemos tiempo disponible
y debemos hablar porque otros hablan
y debemos seguir hablando hablando
hasta gastarnos todas las palabras


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