jueves, 2 de marzo de 2017

EUGENIO MONTALE




Traeme el girasol que yo trasplanté



Tráeme el girasol que yo trasplanté
en mi terreno quemado por la salina
y muestre todo el día a los azules espejeantes
del cielo la ansiedad de su rostro amarillento.

Las cosas oscuras tienden a la claridad,
se agotan los cuerpos en un fluir
de tintas: éstas en música. Desvanecerse
es entonces la dicha de las dichas.

Tráeme la planta que conduce
adonde surgen rubias transparencias
y evapora la vida como esencia;
tráeme el girasol enloquecido de luz



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