Grados de sensación
El sol declinó rosa, naranja. El mar,
oscuro, azul verde. A lo lejos un barco,
una mancha negra balanceándose. Alguien
se levantó y grito: "un barco, un barco".
Los otros, en el café, dejaron sus sillas, miraron.
Realmente era un barco. Pero el que había gritado,
sintiéndose culpable bajo las severas miradas de los otros,
declinó la mirada y dijo en voz baja: "les mentí".
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