domingo, 7 de mayo de 2017

EUGENIO MONTALE




En una carta no escrita



¿Por un hormigueo de albas, por pocos
hilos en que se enrede
el lazo de la vida y se engarce
en horas y años, hoy los delfines en parejas
cabriolan con sus hijos? Oh, que yo nunca escuché
nada de ti, que huya del esplendor
de tus pestañas. Otras cosas hay en la tierra.

No puedo huir ni asomarme de nuevo;
se demora la fragua bermeja
de la noche, la tarde se prolonga,
la plegaria es suplicio y aún no llega
hasta ti, entre las rocas las que emergen,
la botella desde el mar. La ola, vacía,
se estrella contra el cabo, en Finisterre.


De: La Tormenta y lo demás



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