Átame
Necesito
que me impidas la salida
y
tras mi espalda desnuda amarres tus brazos;
en
este instante, créeme, necesito
más
que nunca
tu
sexo.
No
intentes curarlas,
no
las quieras limpiar,
mis
heridas son antiguas,
mucho
más antiguas que tú
y que
yo.
Escóndeme
esta noche,
por
favor,
desde
hace muchas generaciones
me
persiguen las Furias
¡y
estoy cansada de correr!
No
importa que no puedas sanarme,
tan
sólo acaricia mi pelo…
Quiero
quedarme abrazada a tu pecho
soñando
que me duermo.
Si
protesto no me escuches,
pon
cera en tus oídos o átate al mástil,
mira
que ni yo me puedo resistir a mí.
Átame
a mí, mejor,
a tu
dosel,
me estoy
volviendo
una
experta en huidas
y
comienzo a tener miedo
de mí
misma
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