sábado, 30 de septiembre de 2017

HUGO MOLINA




Centrífugo



Tiéndete oh ternura completa ante mí
sacude tu deseo sobre mis fauces
no eres la ubre distante de la infancia
ni la salvación pura
callejuelas llenas de perros fueron hechas para ti
poemisarables estrofas te componen tus amigos sedientos de amor
conscientes de su carne idiota de su apodo elegante.

Indecisos al desprenderse mis dientes de pastilla
tras una violenta jornada de manotazos sueltos
destilan verdades a secas
frías como tienen que ser:
¿Acaso transito un destino apostado a la cercana degeneración? No,
no es una entrada triunfal para los dioses
hay caminos de longitud errante
donde estremecerse por una combinación de ráfagas de humo
es una tarea necesaria.
Adulteramos el holograma con mentiras muy ciertas,
un gajo de realidad se es negado.
Frente a mí: pozos minerales pirámides
yo
ciego como un corazón de ultimátum
con ninguna alteración puedo hablar con vivos ni muertos.
¿Cómo dar un salto de bicho raro a científico,
cómo vagar sin espíritu y alcanzar espectros de luz más amplios?
Mis ojos son un pobre parche
-cuerpo ínfimo que intoxica la atmósfera-
mis otras formas desaparecen en numerosos monstruos sin familia.
Da igual la utilización de un arma letal hacia ti mismo o que la gran ramera te venda su cuerpo
-pedazos de su espíritu se quedarán pegados a tu lengua-
No obstante,
vendrá la extinción de la parasitosis
la absolución total y el reemplazamiento.
Es todo lo anterior
o esperar en un tranquilo excusado la regulación del agua.
.

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