martes, 19 de septiembre de 2017

MARTA JAZMÍN GARCÍA NIEVES





Doppelgänger



Llegada la noche
tengo miedo de esa niña
que blande su inocencia
por las orillas de mi cama.

Me escondo de sus manos
insidiosas pintando escarabajos
por las paredes,
anunciando los renglones
de algún peligro inédito.

Y su desastre silencioso
que siempre deja esa estela
de alfabetos humedecidos.
Y la estatua de sal
en la frontera
de mi cruel nacimiento
y todas sus tiernas
orfandades.

Llegan los días
y la sombra
de esa niña
alargada frente a mí
en el suelo
es lo único que conozco
de grandeza.



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