martes, 19 de septiembre de 2017

PABLO FIDALGO




Último diario



Y en los diarios de aquellos días
sólo fascinación, seres a los que deseo parecerme,
malentendidos, frases que diría un muerto,
malos gestos, orgullo, vergüenza, ansia.
La desesperación de un joven
que trata de educar una mirada distinta
para cuando ya no haya nada que mirar.

En los diarios de aquellos días
planes de viaje, notas sobre Liguria y Sicilia,
frases hechas, estamos siempre solos,
esto se ha cerrado, frases en italiano,
en portugués, vivir en Lisboa,
ningún gesto radical, y odio, demasiado odio,
te crees en posesión de la verdad.
Y una sola certeza: la raza que yo amo no es la mía.

En los diarios de aquellos días
nada sobre tu belleza,
nada sobre tu sonrisa,
nada que pueda durar para siempre.
En los diarios de aquellos días
estoy partido en muchos trozos
que se creen el centro del mundo,
y que quizá lo sean. Pero tú habla,
no escribas diarios, abre las ventanas.

¿Sabes cuántas veces he tenido que oír
juego descubierto?
Puedes descubrir los juegos que quieras
pero la lengua está de mi parte.
Yo sé guardar secretos
porque envejezco sin nada que perder.

Tú ¿quién serás finalmente?
Tantos años preguntando por mis diarios
y ahora que podrías leerlos
ya no estás.

Tú ¿qué sientes cuando alguien como yo
que te ha avisado de que así no quiere vivir,
de que así no quiere despertar,
finalmente un día no despierta?



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